
Hoy paré en el semáforo de calle Dorrego y Av. Pellegrini, en Rosario.
Como es costumbre hay siempre una o más personas limpiando los parabrisas de los autos que se detienen.
Siempre llevo monedas en mi coche para entregarles, ya sea cuando lo limpian, o incluso, cuando no lo limpian.
En esta ocasión, lo limpiaron contra mi voluntad, incluso aclarándoles de entrada que no tenía dinero para compensarlos.
¿Qué hicieron estos dos muchachos?
Limpiaron igual el parabrisas delantero y trasero.
Luego se sentaron en la vereda, el semáforo dio luz verde y me fuí.
Hasta aquí todo bien...
¿Qué detecté a las dos cuadras en mi auto?
Me torcieron y desarmaron la escobilla del limpiaparabrisas, retorciéndole la punta.
¡Una nueva modalidad de revancha que se suma a la típica rayadita o golpecito a las puertas!
Conclusión: si tratás a la gente con educación te va mal; si tratás a la gente mal, te va mal también.
¿Qué hay que hacer?
Sinceramente: no se.
¡FELIZ AÑO NUEVO!